Reflexión sobre las múltiples discriminaciones en la vida de Marie Curie

Pues ahí va mi reflexión sobre el modulo 1 de este interesante curso denominado “Fundamentos sobre la igualdad de trato y la no discriminación” impartido por el INAP. He decidido hacerla sobre Marie Curie, un personaje histórico que seguro todos conocemos por varias razones, entre las que me gustaría destacar la de que es la primera mujer en conseguir no un premio nobel, sino dos: uno en química y otro en física.

Pero no es mi intención hablar sobre su maravillosa mente privilegiada y su potente intelecto, sino más bien, de las múltiples discriminaciones a las que se vio sometida a lo largo de su vida (bastante larga, por cierto, a pesar de haber recibido dosis tan elevadas de radiactividad). Marie Curie (o Maria Salomea Skłodowska, ya que ese era su verdadero nombre) no pudo acudir a un centro de estudios superiores por el simple hecho de ser una mujer. Sin embargo, esta discriminación directa (y abierta) por razón de sexo no la detuvo en su afán de formarse, sino que, por el contrario, la animó a estudiar por cuenta propia hasta que pudo, posteriormente, junto con su hermana (también mujer y por lo tanto dentro del mismo colectivo discriminado), asistir a una “escuela” clandestina, que sí admitía mujeres. Durante su juventud tuvo un noviazgo con un joven llamado Casimir, quién había tenido el privilegio de nacer en una familia económicamente bien situada, la cual, obligó a su propio hijo a romper esa relación sentimental por proceder Marie de una familia de recursos limitados, viéndose, esta vez, discriminada de forma directa por su situación económica. Este comportamiento discriminatorio provocó una profunda depresión en ella. Estos hechos ocurrieron durante su juventud. Lamentablemente, no fueron las últimas injusticias con las que tuvo que lidiar en la vida. Como ya sabéis, nuestra protagonista era un hacha en investigación científica, pero no sólo ella, también lo fue su amado marido Pierre Curie, de quién tomó el apellido (¡¡¿¿por qué una mujer debe de renunciar a su apellido al casarse??!!) y del que estaba profundamente enamorada. Pierre murió trágicamente al ser atropellado por un coche de caballos (la radiación le había debilitado sobremanera) y su muerte afectó muchísimo emocionalmente a Marie, pero, por otro lado, le dio la increíble oportunidad de ser la primera mujer profesora en la ilustre Universidad de la Sorbona (Paris), cargo al que sólo tuvo acceso tras la muerte de su marido, ya que, digamos, heredó su puesto. Hasta ese momento, las mujeres no podían desempeñar ese tipo de puestos de trabajo cualificados que estaban destinados exclusivamente a hombres, otro tipo de discriminación directa por razón de sexo que le toco vivir.

La última de las discriminaciones a la que me gustaría hacer referencia es la que vivió cuando, años más tarde, comenzó una relación amorosa con un hombre casado. Este hecho, que en apariencia solo afectaba a su vida personal y privada, se convirtió en un escándalo mediático y al final el amorío terminó…Su nombre estaba día sí y día también ocupando los titulares de la prensa francesa, ya que fue un arma que emplearon sus “enemigos” científicos (varones) para desprestigiarla. El escándalo fue tal que incluso se arrojaron piedras a su propia casa. Sin embargo, por otro lado, sorprendentemente, a su amante, que era quién estaba cometiendo adulterio, y que, técnicamente es quién está llevando a cabo una conducta moralmente incorrecta, el asunto apenas le salpicó. De nuevo, nos encontramos ante un ejemplo de discriminación directa por razón de sexo. Pues nada, ahí dejo mis reflexiones. La vida de Marie Curie me parece fascinante, y aprovecho esta entrada en mi blog para recomendar el maravilloso libro que escribió Rosa Montero sobre ella, el cual se titula La ridícula idea de no volver a verte.